martes, 26 de febrero de 2013

Sobre el ánimo

Jo que volia
que m´enterressin
entre la platja
ai,qui ho diria!!
i el firmament

i serem nosaltres
ai,qui ho diria!!
els qui t´enterrem.
 
 
El ánimo es, por definición, algo muy subjetivo y propio. Se agradecen no obstante esas dosis de esfuerzo (primer sinónimo) que la gente que nos aprecia intenta transmitirnos. También habrá una dosis alta de denuedo (segundo sinónimo), en tanto que intrépido, porque no es siempre fácil consolar o alcanzar el consuelo. Como valor (tercer sinónimo) espero que no hagamos como el necio y lo confundamos con precio. Dicen que es arrojo (cuarto sinónimo) supongo que por lo valiente que hay que ser para asumir el peso de algunas palabras y algunos hechos. Bravura y coraje (quinto y sexto) vienen a ser necesarios ya que, aunque no se pueden transmitir, nos sacarán de más de un hoyo, reto o tormento. También podríamos usar la palabra grandeza (séptimo sinónimo) quizá más por lo que pudiera ocurrir que por quedarnos abatidos y quietos. Y acaba la relación con el que más me gusta para que reflexionemos sobre el verdadero espíritu de estas líneas, moral, el último y más sorprendente de los sinónimos de ánimo.

Efectivamente, cuando intentamos dar ánimo –como si pudiéramos dar algo material- o cuando estamos dispuestos y deseosos de recibirlo –como si fuera un medicamento- estamos mucho más cerca de lo que creemos de la moral (costumbres o normas) que define y configura una sociedad determinada. Como parte de ese todo que somos, al reclamar ánimo o al darlo estamos esperando una suerte de reencuentro con esa sociedad. Quien lo da invita al/a la abatido/a a reincorporarse, quien lo recibe se reconforta y se motiva. Por eso sólo animamos a quien queremos o apreciamos y sólo lo reciben y entienden quienes tienen suficientes motivos para continuar.

Muchas veces basta una frase o una idea, otras es necesario reforzar el ego del/ de la afectado/a. De la moral, más exactamente del mores maiorum romano (las costumbres de los mayores) nace una parte fundamental del Derecho y con esto casi terminamos.

De qué es querer ya hablaremos otro día –largo y “tendidos”- pero si necesitas ánimo, si quieres volver, si crees que merece la pena continuar… no serán mis palabras las que te ayuden, será tu fuerza, tu coraje y tu esfuerzo; tu compromiso con los que te rodean y te heredan.

¿Lo has pasado mal porque has perdido algo o alguien? Recuérdalo permanentemente, compártelo y dale vida a través de tus gestos… así seguirá latiendo. Debería de terminar esto con otro sinónimo de ánimo: aliento. Lo voy a dejar sin definir, eso sí, te ruego que hagas de lo tardío un hoy, de ayer un nuevo momento.

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