martes, 4 de junio de 2013

Contra las banderas

Desde hace unos días me preocupa ver en periódicos reaccionarios (y cada vez con más frecuencia) una bandera de España ocupando toda la portada. Miren ustedes, este país son muchos países y por mucho que repitan el símbolo hay cosas más importantes en ellos: las personas. Desde los vexillum de los legionarios romanos a nuestros días son miles y miles las banderas que podemos enarbolar. Las hay para distinguir naciones, para conceptos complejos, para señalización, de equipos de fútbol, partidos políticos, sindicatos, empresas, para reivindicar un modelo de estado, para demandar independencia, de ganaderías, para reclamar libertad sexual, de compañías militares, religiosas… de luto… ya os digo, miles y miles.

Está muy estudiada nuestra necesidad grupal, de identificación con el próximo y de distinción del vecino; de saber quiénes “son los míos” y quienes los demás. Del amigo-enemigo. También son numerosos desde el zóon politikon a nuestros días los que han ido profundizando en el concepto del hombre como sujeto político, es decir, como una parte de un todo social. Desde esa perspectiva voy a coger mis banderas: La verde, blanca y verde de Andalucía (y del Betis si me apuras), la republicana, la blanca de la paz, la arcoíris, la morada, la verde, la roja (con hoz y martillo o sin ellos)… la del Che, la de Cuba (por pura solidaridad y porque me da la gana), la palestina, la saharaui, la de CCOO, la de IU… la de mi nuevo pueblo que es roja y con una cruz amarilla y con un castillo… ¿me dejo alguna? Seguro que sí.

Pues bien, ninguna de ellas me representa de verdad y creo que cada vez nos hacemos más daño prestándole más importancia a unos colores que a las ideas. Todos y todas somos sumas, es imposible que podamos (ni siendo pulpos ni siendo una diosa hindú) salir a la calle representando con símbolos todo aquello que pensamos, reivindicamos o queremos… sin embargo, las ideas y los argumentos caben en un bolsillo. Mientras tengamos las manos ocupadas con un mástil difícilmente podremos labrar, escribir o acariciar.

4 comentarios:

  1. Es curioso que un comunista hable de la inutilidad de las banderas, pero bueno... Buen y curioso artículo, aún así.

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  2. Perdona, pensaba que te había dado las gracias ya (es que no me entero muy bien de cómo funciona esto). Tan sólo decirte que hay comunistas que son muy curiosos. Gracias por tu comentario, un saludo.

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  3. Por suerte hay mucha variedad de comunistas, es que el rojo admite muchas tonalidades y todas buenas. Jajaja. Enhorabuena por tu post.

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  4. Pepa Gracias (de nuevo?)... no me entero de cómo funciona esto. En cualquier caso muchas gracias.

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