Cuando sea niño me haré velero y recorreré el Mediterráneo.
Algún día regresaré a casa remontando el Guadalquivir y contaré historias de
monstruos, de gente extraña, de altas torres que acaban en cúpulas con
medialunas, de sabores, de especias, de colores de piel y de luces. Beberé para
no olvidar y cada sorbo me sabrá a sal.
Cuando sea niño seré un valiente que luche por causas
perdidas. Me enrocaré con los idiotas y será divertido ejecutar a los injustos:
todos aquellos que no tienen sueños ni ganas de soñar. Mi espada de madera me
ayudará a recordar mi ánimo.
Cuando sea niño volaré por encima de los falsos tejados de
los rascacielos de cristal, pero también por encima de los calvos, mirando en
sus frentes despejadas. Entre el brillo del cristal y el de las calvas me
cegaré para caer entre tus brazos… recógeme pero no me sanes, quiero morir
ciego.
Cuando sea niño me despertaré en mitad de un sueño, seré un
niño. Cuando sea niño seré pregunta, cuando sea niño seré canción, cuando sea
niño seré. Algún día deberían de preguntarnos qué queremos ser de niños. Una
segunda oportunidad para todo lo que nos queda de mañana no le vendría mal a
nadie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario