Parece
evidente que los diferentes estados espían a sus ciudadanos. No porque lo diga
un arrepentido agente de la CIA, sino porque las pruebas son manifiestas[i].
Alejándome de la teoría conspiratoria baste con señalar que un matrimonio de
Long Island fue interrogado después de que hicieran varias búsquedas sobre
mochilas y ollas a presión a través de un “goonocible” buscador de Internet: él
preocupado por una excursión y ella por cómo preparar una quinoa (unas
lentejas, vaya).
Siempre
ha corrido el rumor de que España disponía de un potente ordenador (tres en
realidad) y un programa que seleccionaba palabras claves, es el conocido SITEL:
bomba, colocarla, actuar… para un algoritmo potente puede resultar una mezcla
muy “explosiva”, y, dicen, se encarga de vigilar las redes y la telefonía fija
y móvil para buscar “al azar” esas y otras combinaciones. Los espías españoles
dicen que no nos espían –y no es un chiste o un juego de palabras- y digo yo
que esa será la primera regla de oro del espionaje ¿no? [ii] Imaginad: -hola, qué haces, me espías o qué haces.
–No, no, caballero, cómo se le ocurre a usted pensar una cosa así. ¿Lo dice
usted por mi sombrero de ala ancha, mi reloj con laser y el zapatófono?
Volvamos
a las palabras. Al parecer el Estado se ha protegido jurídicamente para poder
realizar estas prácticas[iii]
y yo he estado pensado cuáles podrían ser esas palabras claves: Por supuesto
bomba y artefacto parecen evidentes. Más, posiblemente, términos como “lo
reventaremos”, “se van a enterar estos cabrones”, “la pondré cuando pase el
desfile”, “apunta a la cabeza”… qué se yo, esas grandes frases de las películas
de malos. Pero ¿estarán incluyendo en esas “alertas” palabras o frases del tipo
“manifestación”, “protesta”, “despidos”, “quedada”, “colectivo”, “actuaremos”,
“opresión”, “vamos a organizar…”? ¿Estarán usando esos mismos programas para
conocer la actividad sindical, política, religiosa o social? ¿Quién nos asegura
que al tiempo que se rastrea que un terrorista le diga a otro que va a colocar
un pepino a las 13’48, en la esquina de tal –que ya hay que ser tonto- no se
está espiando a miles de activistas contrarios a este sistema, a este modelo, a
este régimen?
No
voy a esperar a que aparezca aquí un Edward Snowden o un WikiLeaks
a la española. Mi propuesta es bien sencilla: El próximo sábado, 10 de agosto,
propongo que todos/as usemos todas esas palabras en nuestras conversaciones,
mensajes de texto, redes, etc. Por ejemplo #bomba, hace calor. O #soy un
terrorista, creo que los pajarillos lo pasan muy mal. En las conversaciones por
móvil igual: -Hola, esto es la bomba. –Pues para bomba la mía. Qué se yo, hay
miles de chorradas que decir con esas palabras y con otras. Si nos espían…
vamos a volverlos locos. Por la libertad, por la democracia. A ver si logramos
que aparezca la verdadera búsqueda y vigilancia a la que nos someten o, al
menos, abrimos un debate sobre derechos-información-control.
Y porque alejarse de las teorías conspiratorias??' Con todo el respeto ahí esta la verdad, porque sino tendría el sistema tanto empeño en ridiculizarlas??Un saludo
ResponderEliminarSimplemente para que no parezca un juego.
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